Raúl Quiroga, uno de los atacantes más potentes de la historia

Mar 03, 2024

Hola, ¿cómo están?

Hace varios días –acaso más de una semana- que quiero enviarles este correo. Me demoré. Un poco, porque tuve demasiado trabajo. Otro poco, porque “me colgué”. Perdí, es cierto, la gimnasia del newsletter. Sé que algunos de ustedes no me siguen por redes. O pueden no estar pendientes de las redes todo el tiempo. Por eso –o simplemente porque “me pinta” volver a pasar por acá de vez en cuando- les escribo ahora: ando con ganas de compartirles estos artículos que publicamos en ESPN sobre Raúl Quiroga.

Si bien ustedes saben que soy un apasionado de los archivos, las hemerotecas y de la historia del deporte, buena parte de lo que encontré recientemente fue brutalmente sorprendente.

Entendía, por supuesto, la dimensión de Raúl Quiroga en la historia del vóley argentino. Cuando Marcos Milinkovic y Bruno Lima explotaron y llevaron sus carreras al siguiente nivel, siempre aparecía la comparación con Raúl. Lo que me resultaba difícil de dimensionar, porque jugó en una época de la prehistoria de las redes o de las transmisiones vía streaming, era la grandeza internacional de Quiroga: la huella que dejó en el vóley planetario. Es más: como dijo Waldo Kantor, es más reconocido en el resto del mundo que en Argentina.

Y más allá y más acá de sus múltiples coronaciones y de ser una figura emblemática para la historia de Módena –la ciudad de los Ferrari es la Catedral del vóley “tano”-, me resultó asombroso que aún hoy se lo considere uno de los atacantes más potentes que pasó por la Liga de Italia, la NBA del vóley.

No doy más vueltas, entonces. Bata de biri-biri. Por favor, disfruten –sé que van a disfrutar- de los cuatro artículos sobre Raúl Quiroga, ese argentino que fue “el Bombardero” más impiadoso del vóley mundial entre 1985 y 1988. Uno de los hombres del bronce en Seúl y del tercer puesto en el Mundial Argentina 1982: uno de esos deportistas argentinos que hicieron historia. Una historia para contar.