La “fiebre” por Las Panteras, calorcito ideal para derretir la ola polar

En Córdoba, último punto de la gira, las entradas se agotaron una semana y media antes del amistoso contra Cuba. Vení, pasá: Yas Nizetich y Caro Costagrande también nos ayudan a pensar este fenómeno.

Hola, ¿cómo están?

El rugido retumba por todos lados. ¿Lo oyen? La fiebre se propaga de ciudad en ciudad. Afecta a grandes y chicos por igual. El foco está activo en las provincias de Córdoba y Santa Fe. ¿Quedarse en cadas y cuidarse? De ningún modo. Nadie toma demasiados recaudos. El efecto contagio, al parecer es parte de una pasión que funciona como antídoto perfecto contra la ola polar.

Una pasión que se traduce en hechos concretos, lejos de las palabras vacías y del chamuyo marketinero: canchas llenas, colorido y aliento, admiración y una montaña de emociones. Y amor. Amor por el vóley. Amor por Las Panteras.

Como les digo siempre, vamos a la cancha (aunque esta vez, no sé si conseguiremos entradas).

Espero que disfruten de este viaje.

¡A jugar!

Una semana y media antes del partido, en las redes sociales de la Federación Cordobesa de Vóleibol (FCV) postearon un flyer: las entradas para el amistoso con Cuba en la ciudad de Córdoba, previsto para el sábado 17 de junio, estaban agotadas. Pocos días más tarde salió a la venta un remanente. Se acabaron en minutos. La fiebre estaba desatada. Y “la Docta” es el termómetro: desde 1993, cuando se jugó el Sudamericano masculino, el Polideportivo Carlos Cerutti no volvió a llenarse para ver un partido de vóley internacional. ¡Pasaron treinta años!

En el debut de Daniel Castellani como entrenador, aquel seleccionado masculino enfrentó en la finalísima sudamericana a Brasil, que venía de ser campeón olímpico en Barcelona 1992. Si se observa el contexto, el “fenómeno Panteras” es una auténtica locura. Locura de las lindas, por supuesto. En esta ocasión, las entradas se terminaron más de una semana antes… ¡para un partido amistoso! Castellani, que ahora dirige el seleccionado femenino, se dará el gusto de comparar todo desde la cancha, por donde circula la sangre celeste y blanca de una pasión sobre la que es necesario hacer foco.

“La fiebre por las Panteras se presenta hace rato, pero creció claramente después de la clasificación a segunda ronda en el Mundial del año pasado. Para mí, que llevo tantos años en el equipo, es un presente soñado, por el que trabajamos muchas camadas de jugadoras y entrenadores”, dice la histórica Yamila Nizetich, quien se toma el trabajo de escribir cada palabra por WhatsApp. Nada de audios. Texto, puro texto.

“Esto es lo que siempre quisimos para nuestro vóley femenino. Además, para mí es una satisfacción personal muy grande, porque puedo seguir recorriendo el camino, dejando el legado y, sobre todo, teniendo la oportunidad de vivirlo y disfrutarlo dentro de la cancha”, completa “Yas”.

En Rosario, la tercera escala de la gira de amistosos de Las Panteras contra Cuba, se estima que hubo cerca de 4 mil personas. El recorrido había empezado en Oncativo (Córdoba), con más de mil espectadores y continuó en Villa María (Córdoba), con más de 3 mil personas en las tribunas. En todos los casos, con estadios casi a tope. Este jueves 15, el cuarto juego se disputará en Rafaela, provincia de Santa Fe. La ciudad de Córdoba será el quinto y último punto del mapa donde se haga sentir el rugido albiceleste.

La inolvidable clasificación a segunda fase del Mundial 2022 marcó un quiebre histórico para Las Panteras. Fue el tercer Mundial consecutivo de la Albiceleste, una seguidilla única. Y tuvo “yapa”. Previamente, el seleccionado femenino había hilvanado sus dos primeras participaciones olímpicas, en Río 2016 y Tokio 2020+1.

Más allá de que esos datos resultan históricos, el amor del público por Las Panteras refleja que no siempre se valora sólo a los campeones. Los aficionados de todas las edades se identifican con un equipo que, aun cuando está lejos de las potencias que conforman la elite planetaria, se brinda en cada juego: ése es su sello de identidad.

Las redes sociales también juegan un papel fundamental para la “fiebre” por Las Panteras. No sólo es posible promocionar un evento sin pasar por el filtro de los grandes medios de comunicación –antes sonaba imposible que eso ocurriera-, sino que todos los fans pueden hacer un seguimiento directo y cotidiano con las jugadoras que admiran: las consagradas, por supuesto, y aquellas que comienzan a despegar hacia lo alto. Por todo eso, bienvenida esta fiebre.

“Es un fenómeno que en cierta manera nos ha sobrepasado”, me responde Eduardo Fernández, presidente de la FCV. “No habíamos traído nunca a Las Panteras a Córdoba capital y teníamos algunas dudas, porque es un evento muy costoso y, más allá de que nos prestaron el Cerutti, no recibimos apoyo estatal. Nos arriesgamos y nos dimos una hermosa sorpresa”, agrega “el Gallego”.

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“Esto es espectacular. Me pone feliz que el vóley femenino sea tan reconocido como el masculino. Se lo fueron ganando las chicas por carisma, dedicación y por todo lo que dan por la Selección. Está bárbaro que la gente las reconozca y se apoye. Quizás todavía no se dieron grandes resultados, pero el público se acerca al equipo y eso me pone muy contenta”, dice, con la voz encendida, Carolina Costagrande, una de las exvoleibolistas argentinas más reconocidas del planeta: jugó en la Albiceleste hasta 2002 y luego se nacionalizó italiana (acá pueden leer una muy linda entrevista con “Caro” en La Capital de Rosario)

“La era de las redes sociales también ayuda, porque permite que la gente llegue a valorar a los atletas independientemente de los resultados. Ésa es un poco la filosofía del deporte, donde debe valorarse el esfuerzo, más allá de los resultados”, agrega la exjugadora nacida en El Trébol, Santa Fe.

“Siempre fue un sueño llegar a este amor con la gente. Ahora que me toca vivirlo es impresionante. No paramos de sorprendernos, aunque los últimos años veíamos como venía creciendo ese apoyo. Ese amor que nos brinda la gente, no importa dónde juguemos, hoy está en su pico más alto”, se enorgullece Yamila Nizetich.

“Todo esto es parte de un proceso de muchos años de buenos resultados, de clasificaciones históricas: tres Mundiales consecutivos y dos Juegos Olímpicos. Y sobre todo, por la visibilidad que logramos con la ‘tele’ y la redes sociales y los medios”, agrega “Yas”.

Carolina Costagrande es representante de Vicky Mayer, Cande Herrera y Bianca Cugno, tres de los diamantes en bruto que tiene la Selección que hasta 2022 dirigió Hernán Ferraro y ahora conduce Daniel Castellani. “Para mí, ellas son muy especiales. Las quiero y las acompaño, porque veo que también aprenden a disfrutar, por un lado, y sobrellevar momentos duros, por otro. Son muy jóvenes y tienen la presión de cualquier atleta profesional que juega en su Selección y del cual en sus clubes se espera un rendimiento muy alto. Me pone muy feliz que la gente les esté devolviendo con cariño todo el esfuerzo, pero sobre todo el amor por la camiseta de la Selección”, remarca.

“Hasta los 18 ó 19 años creo que el vóley femenino se juega mucho más que el masculino. En este momento, creo que la relación es 75/25. El de Las Panteras es un grupo muy lindo, que se brinda entero, y las clasificaciones a los Juegos Olímpicos y a los mundiales generaron este fenómeno que contagia y hace que cada vez más chicas y chicos quieran jugar al vóley”, apunta Eduardo Fernández.

“Si hubiésemos tenido un estadio de 5 mil personas, también lo llenábamos. Espero que sea un lindo partido, para que la gente se entusiasme y siga viniendo a este tipo de eventos, porque nosotros, como Federación, nos podríamos seguir arriesgando a traer espectáculos así. En muchos lugares está el Estado detrás, pero acá solamente está la FCV y se arriesga mucho”, añade.

¿Qué tan especial será, para Yamila Nizetich, jugar en “el Poli” Cerutti con su familia y amigas en las tribunas? ¿Alcanzan las palabras para dimensionar la parábola que la llevó desde “la Docta” a ser una marca registrada de Las Panteras y de unos cuantos equipos europeos?

“Es una emoción muy grande, difícil de explicar. Me agarra en el punto justo de mi carrera y puede que sea la última vez que juegue con mi gente en casa. Estoy disfrutando mucho esta gira y de cada momento en el que me toca defender la celeste y blanca”, explica.

“Soy muy feliz y muy agradecida de todo lo que le di y me dio el vóley. Poder compartirlo con la gente que me vio en mis comienzos y estuvo durante el camino, será algo inolvidable”, cierra “Yas”.

Felicidad. Agradecimiento. Dar y recibir cariño. En eso estamos todos.

Gracias, Panteras.

EL CERUTTI, UN BARCO PIRATA. Si bien el Cerutti no tuvo marcos imponentes en torneos o amistosos internacionales durante largos años, Belgrano sí consiguió convocatorias récord cuando mudó allí su localía en la Liga Argentina masculina. Por la natural tracción del público futbolero de los Piratas y una campaña que empezó con resultados muy positivos, “el Poli” mostró concurrencias espectaculares, con las tribunas teñidas de celeste y un aliento por momentos ensordecedor (aquí podés leer la nota completa del recorte del diario La Voz del Interior).

Bueno, se termina este partido.

Manos y afuera.

La seguimos pronto.

Abrazo para todos.

📸 Todas las fotografías de Las Panteras son gentileza de Eugenia Candal.

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BONUS TRACK

OTRO HISTÓRICO AMISTOSO CONTRA CUBA. El 26 de mayo de 1984, antes de su primera participación olímpica en los Juegos de Los Ángeles, la Selección Argentina masculina jugó un amistoso en la ciudad de Córdoba contra Cuba. El estadio de Asociación Española, en barrio General Paz, estuvo repleto. En las boleterías quedó una generosa recaudación. En la siguiente reunión de comisión directiva de la FCV pensaron en qué invertir aquel dinero. Uno de los dirigentes propuso comprar una fotocopiadora. Eduardo Fernández, entonces tesorero y hoy presidente, llegó con un presupuesto de un terreno. No era otro que el terreno de Comechingones 554, en Alto Alberdi, que la FCV finalmente compró para primero edificar su sede y, en 1994, inaugurar el ya histórico estadio de la institución (Foto de archivo: Gentileza Gustavo Farías).